martes, 7 de septiembre de 2010

Más allá del Bicentenario

Antes de 1810, Argentina era el poema de las tierras del sur, de las minas del Potosí.
Era la tierra de los querandíes, los diaguitas, los huarpes, los ranqueles y los guaraníes.
Hoy esa tierra, con nombre de mineral, es un país que la atraviesan los colores, el fútbol, sus ideas, sus paisajes, sus recursos y, por sobre todo, su gente, siempre con la idea de que se puede ir aun más allá.

Argentina es un bote que no se cansa de remar. Ese bote se llenó muchas veces de agua, casi se hunde con el tsunami bancario en el 2001 y estuvo todo un siglo luchando contra las aguas turbias de los golpes de estado.
Es un país que fue diverso, es y será diverso, porque son las tierras en las que convivieron las plumas filosas de Sarmiento, entre su civilización y su barbarie, y Jauretche, donde radicalismo y peronismo marcaron el paso a paso del clamor popular contemporáneo.
Es la tierra en la que convivieron los hombres de Mayo enojados con España, los caudillos de la Argentina profunda enojados con Buenos Aires, los militares enojados con los indígenas y en el siglo pasado, los militares enojados con el pueblo y con el pensamiento.

Argentina celebra 200 años de encontronazos, de luchas, de sangre, de ideas, de movimilización, de cultura, de arte, de pasiones.
Son muchos momentos para tan pocos años.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Lamparitas

El foco infinito nos baña
y vemos esa luz, que nos arropa
que cuida frente al negro oscuro

Vamos a volar!
tu alegría me ilumina y así volveremos a ser más

Todo aquello que fue, hoy quiero verlo a distancia...

martes, 16 de marzo de 2010

BARBARIE (y no Civilización...)

Leyendo últimamente algunos artículos publicados y ante una nueva embestida contra el patrimonio porteño de los (genialmente denominados) "Depredadores Inmobiliarios", vuelvo al ruedo de la redacción (carente ésta de cualquier recurso literario y/o profesional).

A partir del "renacimiento económico" del 2003 en adelante, Buenos Aires se vio súbitamente invadida por diferentes "proyectos inmobiliarios": una enorme cantidad de torres comenzaron a darle una fisonomía completamente nueva (y también ajena) a nuestra querida ciudad. Barrios como Palermo, Caballito, Belgrano, pagan hoy las consecuencias de una ausencia total en materia de planificación urbana, testimoniado por las últimas inundaciones estivales, frente a las que prácticamente ningún medio comunicacional señaló el factor de la sobre-construcción .

La urbanización siempre estuvo emparentada al progreso de las ciudades según la historia oficial y frente a ese discurso hegemónico, hoy miles de ciudadanos se ven identificados con esa afirmación: ciudades como New York, Chicago, Beijing, Tokyo y muchas más, son los ejemplos de la modernidad y el futuro.
Esa mirada burguesa es claramente representada, por ejemplo, por el Jefe de Gobierno de la ciudad, quien buscaba parquizar y remodelar el área de la Facultad de Derecho de la UBA llamándolo Parque Central Norte (cualquier parecido con el Central Park neoyorquino es pura casualidad).

El aroma neoyorkino que comienza a respirar la ciudad frente a este atropello inmobiliario es apoyado a su vez por una porción grande de la clase media porteña, históricamente fascinada y encantada (más bien... idiotizada) por la cultura estadounidense y occidental tradicional. Curiosa a su vez la mirada del Ing. Macri, quien se horroriza frente a la necesidad de las clases medias y populares del GBA de asistir a los hospitales porteños y de las personas que se establecen en las villas de la Capital Federal (sean argentinos o extranjeros), cuando no se inmuta en lo más mínimo ante las oleadas de nuevos habitantes que pagan cifras extraordinarias por un piso o semi-piso + amenities (típico léxico de inmobiliaria del Siglo XXI). Interesante debate actual de qué entendemos por ciudadano y QUIEN es considerado como tal... (próxima nota tal vez!)

Aclaro que no estoy en contra de la construcción ni de los arquitectos, pero si estoy decididamente en contra de aquellos que tiran abajo las casas centenarias de la ciudad y de un dia para el otro, nos muestran una infografía computada de la futura torre, de SU futuro progreso.
Estos, que se hacen llamar "desarrollistas inmobiliarios" y se suben al pedestal de la falsa modernidad, merecerían ser llamados subdesarrollistas...

I.S.

N. del R: al ser esta una mera observación y opinión personal, recomiendo leer el siguiente artículo publicado por un conocedor en la materia (http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/m2/10-1802-2010-02-20.html)

miércoles, 3 de marzo de 2010

65

Digan lo que digan,
vayas como vayas
siempre, pero siempre en la vida
seré de Brown de Adrogué

domingo, 28 de febrero de 2010

Telmo

El pibe fue a Parque Lezama y ahi va...

Ella, sentada en un banco, con la vista fija en Martín García
y los adoquines que se mezclaban con el asfalto asesino
supuso que todo continuaba y continuaba

Tomó el 62 en Brasil
y, cansada de esperar, se fue
con la cabeza tan nublada
que hasta se olvidó de pagar el boleto

El llegó
caminó
paseó
desesperó

Y ahi buscaba, relojeaba con sus ojos marrones
Martín García, los adoquines, el asfalto,
y hasta donde pudo, siguió caminando
sin ver la parada del 62 sobre Brasil

viernes, 5 de febrero de 2010

La Momme

Y entonces me decías que querías bailar en Montmartre
y fuimos...

Y bailamos, y vimos a los pintores,
la gente en el Sacre-Coeur
la panorámica de la Ciudad Luz

Y vemos a los borrachos sobre el Sena
y un hipotético Oliveira extrañando a su Maga

Los flashes de las estrellas,
de los japoneses y sus fotos
de tu mirada y mis ganas

Ahi... por la Champs Elysee,
paseamos y suena la Piaf,
inmortalizando lo nuestro

Fisuras

Cruzo los autos
esquivo las piedritas
los durmientes de las vías...

Ahí estás,
tan solo, del otro lado
y verte una vez más

Estás ahi,
al lado y tan lejos

Estiro la mano... y tan solo vos..

domingo, 3 de enero de 2010

Calchaquí

Abandono por un momento las alturas de Cafayate
y busco la ruta, me interno, me dejo en sus manos

Por las viñas y los antigales,
uno surca el Calchaquí como si el Calchaquí lo surcara a uno

La llegada a Angastaco siempre ofrece un vino casero,
una siesta interminable y un cielo de estrellas que revientan

Salgo del barro, una lluvia de verano me inunda hasta los ojos
y doy vueltas donde el valle se vuelve verde

Molinos descansa, la iglesia y el traidor Isasmendi dentro
son la postal y la visita que no quiere huirle a la sombra de la plaza

Ponchos, telares y el arte en Seclantás,
donde una vieja teje y toma mate y los changos corretean

Así es el Calchaquí, amplio y estrecho, se baja y se sube
y todo termina en las paredes blancas de Cachi