Hay un haz de luz que me despierta,
me da en la cara y me da ganas de dormirme más profundo
sientiendo el mismo calor que cada día perdemos más
¡Esa luz es tan corta!
me quedo apoyando la cabeza sobre la almohada,
viendo como el sol sigue moviéndose,
como diciéndome "chau, te queda poco tiempo"
Y así volveré a quedar envuelto en una débil penumbra
mientras el sol acaricia, esta vez, a alguna señora bien de French y Anchorena,
que solo se queja de la luminosidad,
mientras yo moriría por tener un nuevo y tibio haz bañándome el rostro en otro amanecer.
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