Hubo mar detrás de esos ojos
hubo olas y granos de sal volando
hubo gaviotas pescando pesca
y hubo atardeceres de sueño interminable
Fue en aquel mar
donde unos caminan sin ojotas para que el sol no les incinere la piel
y otros van descalzos, de guapeza y terquedad,
donde otra vez vimos alma
Otros suelos que fueron vistos
otros caminos y rutas que recorrimos
las fotos, los libros, las charlas y aquel mate
No creo que sepamos con certidumbre
acaso hay duda, un tema bastante curioso
y no creo en los hilos ni las ataduras de raiz
Volveremos hacia aquellas playas
para sentir de nuevo la brisa
el atardecer
las gaviotas
y las olas rompiendo contra nuestros cuerpos y corazones retorcidos
No hay comentarios:
Publicar un comentario